Desde los últimos decenios del siglo XIX, con base en autores como Marshall, Jevons, Claras, Pareto, Wicksell, Schumpeter, Keynes y Harrod, se ha desarrollado el planteamiento de un sistema económico, llamado Darwinismoo Darvinismo Económico, que no es más que una derivación del Darwinismo Social y por ende una adaptación del planteamiento hecho por Charles Darwin (1859) en su obra El origen de las especies, a la vida económico-social de cualquier parte del planeta. Esta teoría expone que las economías nacionales, empresas y/o personas, sólo podrán sobrevivir si son las más aptas. Esto ha conllevado que el norte de muchos empresarios sea sobrevivir a cualquier costo, aun cuando esto signifique que personas naturales y/o jurídicas sucumban en derredor, o que el costo ecológico sea demasiado alto.
Por tanto la solidaridad se puede presentar como instrumento fundamental para la evolución de los diferentes entes productivos y el logro de sus fines de manera más eficiente, presentándose así varios tipos de solidaridad: interorganizacional, intraorganizacional, impuesta, natural, mixta, supuesta, puntual, continuada, ecopersonales, ecoorganizacionales. No toda solidaridad es conveniente, como las generadas por anomalías conductuales como el Síndrome de Alienación Parental Organizacional, ni toda actividad individual es la más productiva y rentable.
La idea no es llegar a la homogenización de las empresas en sistemas de altruismo o egoísmo puros, sino al contrario, lograr dinámicas de equilibrio entre diferentes entes, que permitan una mayor posibilidad de supervivencia organizacional. En fin se hacen necesarios instrumentos que permitan aprender a desaprender y ambientes transformadores que permitan un verdadero cambio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario